Muchos somos de diferentes países y hoy que estamos en este país sabemos lo que es un cambio de cultura. 
Cuando pasamos por la cruz no solamente morimos a una vida de pecado sino también a todos los hábitos y costumbres adquiridos en el lugar donde crecimos. ¡Así que ya no hay colombiano, venezolano, brasileño, ni mejicano, ni dominicano, ni argentino, etc, etc, sino ciudadano del Reino de los cielos!
Cuando vas a la embajada de Tu país en otro país, allí te hablan tu idioma, te dicen que puedes hacer todos los trámites que quieras, y que ahí tienes inmunidad política. Lo que afecta a ese país donde estás actualmente no tiene efecto ahí, porque la embajada es un pedazo de tu país en el país que vives. “¡Este es el modelo que Jesús quiere para Su iglesia!”
Como iglesia, estamos en la tierra como la “embajada del Reino de los cielos”.

¡Cada congregación donde nos reunimos a adorar tiene que ser un pedacito del cielo para la tierra, y el que se acerque tiene que ser afectado y transformado!

Un lugar donde nos reunimos en Su nombre porque tenemos el mismo idioma: la fe. Donde las leyes que gobiernan las naciones no necesariamente nos gobiernan “Donde tenemos inmunidad diplomática. Protección y seguridad divina, aunque el mundo se derrumbe; caerán mil a nuestro lado y diez mil del otro, pero nosotros estaremos a salvo.
El sueño de Dios es cambiar la cultura y no adaptarnos a ella.”

Oración