Tu generosidad hace la diferencia
Somos los receptores del regalo más grande que el mundo ha conocido jamás: el amor, la gracia y la misericordia de Dios. Sin costo para nosotros, pero al costo más alto para nuestro Salvador, somos libres y perdonados para siempre. Habiendo recibido libremente, damos libremente. Somos exportadores de la generosidad que nos ha sido confiada.