Intimidad

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Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré; no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle un lugar para el Señor, una morada para el Poderoso de Jacob
— Salmos 132:3-5 - LBLA

“Aunque TODA la casa es un altar de adoración, nuestra recomendación es que establezca un lugar físico especial para la intimidad con Dios. Debe ser algún espacio clave de la casa, una especie de “refugio” de adoración e intercesión.
Esto es una ley espiritual muy poderosa que David ejecutó y también otros hombres de Dios. Ellos entendieron que Dios era Omnipresente, y que estaba en todos los lugares a la vez, sin embargo, Su presencia manifiesta reposa donde le preparan un lugar, donde Él es el centro y donde es bien recibido.
Ahí se activan los “anfitriones de Su presencia”, donde le damos lo que Él quiere recibir y como consecuencia de Su amor habrá justicia, gozo y paz en nosotros y, consecuentemente, en nuestra casa.

Es en la intimidad en donde recibimos:

  • Convicción de que somos parte de la familia de Dios.
  • Consejos del Padre.
  • Estrategias para el avance de Su reino.
  • Creatividad.
  • Ideas de administración de dones, recursos y tiempo.
  • Sabiduría para educar a los hijos y a las nuevas generaciones.
  • Sanidad para las relaciones familiares.
  • Acuerdo en las decisiones de la casa.

Todo esto y mucho más recibes cuando vives una intimidad con Dios, hoy es el día, este es el tiempo y esta es la oportunidad que Dios te da para un nuevo comienzo con Él.

Oración