Comunión 2
El verdadero gozo va más allá de la felicidad, podemos sentirlo a pesar de los problemas más profundos. La felicidad es temporal debido a que está basada en las circunstancias externas, pero el gozo perdura porque está basado en la presencia de Dios dentro de nosotros mismos.
Debemos aprender a divertirnos sanamente, jugar con verdadera alegría y disfrutar de lo que Dios es y lo que nos da para que administremos.
Mientras la familia esté conectada a Dios como Fuente, siempre vivirá una vida en abundancia. Y abundancia no significa vivir bien, sino tener siempre para dar. La abundancia no se mide por cuánto tenemos sino por cuánto damos.
Abran la casa para los vecinos que necesiten orden, paz y alegría. Compartan la esencia del Reino de Dios con familiares y amigos de una forma práctica. Si es necesario oren y adoren juntos, pero la espiritualidad y los cambios no se definen por mucho tiempo de oración sino por estar en contacto con la gloria de Dios. Necesitamos una transformación integral de las familias tratando el espíritu, el alma y el cuerpo. Y habrá mucha sanidad cuando te juntes con amigos, familiares y vecinos para “recrearse” juntos en la presencia de Dios. Pueden hacerlo de diferentes maneras:
“Comiendo una rica comida, (la mayoría de las revelaciones de Jesús fueron liberadas con una mesa de por medio o en un ambiente con comida).
Jugando a algo, entre niños y grandes, viendo una película, simplemente conversando acerca de la vida. La gente a nuestro alrededor necesita ver a Dios en nuestra vida cotidiana, y eso no significa estar orando todo el tiempo, sino reflejar a Jesús con nuestro carácter, amando y siendo amado.”